HISTORIA DEL CICLISMO XXVI

Las pistas de los velódromos son ovaladas, de dimensiones variables, pero de un mínimo de 333,33 metros para las competiciones internacionales, con una superficie de asfalto, hormigón o cemento al aire libre y madera o macadan en pista cubierta, peraltadas en todo su recorrido, sobre todo en las curvas, para permitir las aceleraciones y altas velocidades con menor riesgo para los ciclistas y una sucesión de líneas de dentro a fuera: una negra, de 20 cm de anchura que señala el límite de la zona de rodaje, otra roja, a 90 cm del borde, que marca la zona en la que pueden correr los velocistas y otra más, azul, situada a un tercio de la anchura total, para los especialistas de persecución tras moto y medio fondo. La meta y contrameta están marcadas por dos líneas de color blanco y una negra en su centro.
Las principales pruebas de pista son las que siguen:
Velocidad: Corren de dos a cuatro ciclistas, que dan 3 o más vueltas al circuito, según sus dimensiones. Se contabiliza la velocidad alcanzada en los últimos 200 metros.
Kilómetro contrareloj: Que no es otra cosa que lo que su propio nombre indica.
Prueba de la hora: Donde se contabiliza el recorrido efectuado en ese tiempo.
Persecución: Puede ser individual (cuando dos corredores parten desde extremos opuestos de la pista y tratan de alcanzarse) o por equipos ( en cuyo caso se siguen dos de cuatro miembros cada uno).
Carreras por puntos: Veinte corredores compiten anotando un número de puntos variable según su puesto al pasar por meta en vueltas predeterminadas.
Eliminación: Semejante a la anterior, pero en la que se elimina en vueltas determinadas al último corredor en atravesar la línea de meta.
Por último, las pruebas tras moto, ya en modalidad "Keirin" ( dos o más corredores, cada uno tras una moto y su resolución en un sprint final) o en modalidad stayer (se sigue la rueda de la motocicleta, sin llegar nunca a tocar una barra ajustada a su tren posterior).

Publicar un comentario

0 Comentarios